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jueves, 30 de mayo de 2024

¿Por Qué No Deberías Confiar en Nadie?

 Todo puede cambiar, ¿estás preparado?

Cuando menos lo esperes, en quienes confías ya no estarán.

La vida es un proceso de continuos cambios, lo que hoy parecía un buen trato, mañana puede cambiar drásticamente. Los grandes amores con el tiempo se disuelven. 

No hay nada estable que perdure

El inevitable flujo y reflujo, siempre presente. 


Se llega a suponer que «algo» puede ser estable, que nunca tenga cambios, ni sufra altibajos, eso no existe. Todo cuanto existe, obedece con el flujo y reflujo, todo tiene ciclos de ascenso y retroceso, todo se polariza y se disuelve. Amor, amistad, negocios, empresas, reinos, procesos, etc., sufren y sienten esos cambios. 

Confiar en: algo, alguien, estabilidad, seguridad, amor, contratos, amistad, negocios, y todas las áreas de la vida, es un error. Las alabanzas de hoy, son las humillaciones de mañana. 

 Los cambios 

En el momento que menos se espere, y de la forma como menos se imagina, llega el cambio que sacude el alma, el espíritu, y la consciencia. En la vida, todo obedece con el interés de «ganar» cuando una nueva ganancia aparece en el horizonte, destruye todo lo anterior. 
Es la esencia de la competitividad de la vida, por eso, la confianza también se anula, lo que hoy se considera «seguro» mañana será inseguro. Confiar en otros, es dejar la vida en manos de otros. Pero eso esos otros pueden cambiar. 

Promesas 

Las promesas son un maligno escudo, prometer es fácil, cumplir es difícil, nadie puede asegurar que se mantendrá en su deseo a través del tiempo. La promesa esconde de forma visceral y subterránea intenciones oscuras. Una forma «noble» de chantaje. 

Cuando se promete, se genera un posible compromiso futuro de cumplimiento, pero esconde la duda, la posibilidad y probabilidad, de no hacerlo. 

Es simple, si existiera seguridad, no existiría la «promesa» sino al contrario se cumpliría sin prometer. Las promesas tan solo duran un día, luego se desvanecen como el humo de la hoguera. 

No confiar 

Cuando no se confía, resalta la duda, y ante esta, viene la confirmación. Se busca comprobar, asegurarse, tener la certeza de algo por sí mismo y, no solo, por los comentarios de otros. Se protege mediante contratos legales del cumplimiento de lo pactado. No se entrega a promesas vanas. Esto solo se logra mediante un pensamiento objetivo y crítico, revaluar, analizar, conocer, comprobar y recomprobar, es mejor que nada más acto vacío de confiar. 

Antes de confiar, conozca. Le ayudará a tener una mejor vida, segura, sin altibajos, si bien no hay nada estable, los ciclos de los cambios serán menores en cuanto menos se confíe. Si puede haga un análisis de su vida, observe, ¿cuántas veces ha confiado y cuantas ha sido engañado? 

La autoconfianza

La autoconfianza termina en fracaso

Es lo peor que puede existir, no se debe confundir autoconfianza con conocimiento y convicción. Sí, ante un ego estimulado, se llega al extremo de suponer una seguridad ficticia, se termina en un caos del que difícilmente se podrá salir. 

Al autoconfiar en algo, sin haberlo realizado, cae en el campo de suposición y probabilidad, una improvisación absoluta, que da por hecho algo que no se ha realizado. Confiar en logros, avances, alcances, desarrollos o determinaciones, se termina en dolorosas frustraciones. 

Cabe suponer que se puede lograr sin conocer, evaluar, analizar y estar seguro, es una aventura que terminará en el rotundo fracaso. Antes de autoconfiar, asegúrese que conoce, que se está preparado y tiene la habilidad. De lo contrario terminará mal. ¿Le ha pasado? Lo invitamos a comentar. 


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