¿El alma duele?

Cuando duele el alma, no hay bálsamo que alivie el dolor. 

Cuando duele el alma, no hay bálsamo que alivie el dolor. Así lo dice Kadaisha. De vez en cuando, te encontrarás con un sentimiento difícil de explicar que te quitará la paz. Sentirás una profunda agonía sin que exista un bálsamo que te alivie.

El dolor diferente

Sentirás un dolor diferente; tu mente, tu cuerpo y tu alma entrarán en un estado de profunda inquietud. Tendrás pensamientos desconocidos. Emergerán de la oscuridad las sombras que te robarán el sueño. Podrás ver los días más oscuros de tu vida, aunque brille el sol.

La imprevisibilidad del dolor

No tendrás una señal que te avise, no sabrás cuándo ni a qué horas, tu alma se fragmentará de dolor, ese dolor irresistible. Abrirá la represa de tu llanto y desesperación; el desasosiego será tu compañía.

La transformación interior

No lo podrás evitar, pero podrás reconocer que ese terrible evento te transformará por dentro. Endurecerá tu espíritu, te hará valorar tu vida, descubrirás verdades ocultas, entrarás en el torbellino del tiempo que templará tu alma.

La fortaleza interior

Solo tu fuerza interior, el control que tengas sobre tu sentir, y la capacidad que tengas de razonar y mirar el horizonte que se esconde en los nubarrones de tu vida, solo así aliviarás tu dolor.

Aceptar el desafío

Evitarlo no puedes; conócelo, pruébate, acepta el desafío que la vida te pone y ¡supéralo! Puedes gastar un minuto si lo sabes manejar o puedes durar toda la vida viviendo en la infelicidad. Igual ten presente, mientras existas, muchas veces de la forma que menos lo esperes, tu alma dolerá.

El dolor del alma es inevitable, pero reconocerlo y enfrentarlo es la clave para superarlo. La fortaleza interior y la aceptación del desafío que la vida presenta nos permiten encontrar alivio y transformación.